Últimamente me sorprenden muchas personas desconocidas para mí, que nunca antes había visto. Son personas que, sin conocerme absolutamente de nada (confirmado, ninguna de ellas lee este blog), se sinceran conmigo, una persona corriente, desconocida hasta ese mismo momento, para confesarle sus temores, miedos, inquietudes y dudas respecto a su vida y el camino que deben seguir.
Me ha hecho pensar que se sienten (y quizá todos nos sentimos) en realidad, muy solos; profundamente solos y desamparados dentro de este mundo impersonal, competitivo y materialista. Sólo eso puede explicar, a mi juicio, que no podamos en muchas ocasiones, expresar nuestros temores, nuestras emociones y sentimientos más profundos a personas queridas y si lo hagamos, en cambio, con personas relativamente desconocidas para nosotros.
No entiendo muy bien qué puede impulsarles a hacer eso; sólo se me ocurre una cosa: el rechazo, la indiferencia o la incomprensión de sus seres más queridos; paradójicamente aquellos que más abiertos deberían estar a sus problemas y dudas.
Por eso me he propuesto, en este Año 2009; escuchar y comprender los problemas del otro, objetivamente y sin enjuiciarlos ni menospreciarlos, pues a todos nos gusta que a nuestros problemas (por pequeños e insignificantes que puedan parecer), nuestros seres queridos les presten la atención debida. Os animo a todos a practicar la escucha y la empatía con todos aquellos necesitados de un abrazo amable.
1 comentario:
Hola desde fuengirola, hemos leido este parrafo titulado "en multitud pero...solos" y nos ha encantado.Es cierto todo lo que dices,tan real como la vida misma.Nos alegra ver como observas la vida desde tu nuevo punto de vista.Lo seguiremos poniendo en practica.Gracias por compartir esos pensamientos tan positivos que ayudan a ser mejor persona.
Besos Alber y Charo.
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