lunes, 12 de enero de 2009

En multitud pero... solos

Últimamente me sorprenden muchas personas desconocidas para mí, que nunca antes había visto. Son personas que, sin conocerme absolutamente de nada (confirmado, ninguna de ellas lee este blog), se sinceran conmigo, una persona corriente, desconocida hasta ese mismo momento, para confesarle sus temores, miedos, inquietudes y dudas respecto a su vida y el camino que deben seguir.
Me ha hecho pensar que se sienten (y quizá todos nos sentimos) en realidad, muy solos; profundamente solos y desamparados dentro de este mundo impersonal, competitivo y materialista. Sólo eso puede explicar, a mi juicio, que no podamos en muchas ocasiones, expresar nuestros temores, nuestras emociones y sentimientos más profundos a personas queridas y si lo hagamos, en cambio, con personas relativamente desconocidas para nosotros.
No entiendo muy bien qué puede impulsarles a hacer eso; sólo se me ocurre una cosa: el rechazo, la indiferencia o la incomprensión de sus seres más queridos; paradójicamente aquellos que más abiertos deberían estar a sus problemas y dudas.
Por eso me he propuesto, en este Año 2009; escuchar y comprender los problemas del otro, objetivamente y sin enjuiciarlos ni menospreciarlos, pues a todos nos gusta que a nuestros problemas (por pequeños e insignificantes que puedan parecer), nuestros seres queridos les presten la atención debida. Os animo a todos a practicar la escucha y la empatía con todos aquellos necesitados de un abrazo amable.

martes, 6 de enero de 2009

Propósitos, deseos, objetivos

Año Nuevo, vida nueva...
Continuamente oigo esta frase... ojalá sea cierto, que todos pensemos en algo nuevo para nuestras vidas. El único pero que le pondría sería ¿por qué sólo lo pensamos con el nuevo año? Los cambios están hechos de pequeñas batallas ganadas, no de grandes guerras libradas a vida o muerte contra uno mismo... debemos forjar nuestro camino día a día con pequeñas cosas, para conseguir efectos duraderos en el tiempo y que contribuyan a nuestro bienestar y nuestra felicidad, de lo contrario, se convertirán en montañas duras de escalar y conquistar. Pongamos nuestra mente a trabajar y busquemos, aprendamos y encontremos lo que nos proporciona una auténtica satisfacción, muchas veces se encuentra en los lugares, personas y hechos más inesperados.
Sólo los valientes se atreven a fijarse metas, porque fijarlas obliga a luchar, a trabajar por ellas, a intentar conseguirlas. No hacerlos significa conformarnos, estar cómodos... pero estancarnos. Todos y cada uno de nosotros podemos ser valientes, cambiar lo que no nos gusta, luchar por aquello en lo que creemos, que nos llena, lo que pensamos que es justo. Espero que este año 2009, a pesar de todas sus dificultades que nos aguardan (serán menos si confiamos en nosotros mismos, en que podemos cambiar algo), esté lleno de pequeñas victorias personales sobre todo aquello que nos inmoviliza y nos atenaza, esos miedos, indecisiones, cautelas que no nos proporcionan satisfacciones y obstaculizan nuestro camino a la plenitud.